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Al llegar a la cafetería, Layla pudo notar que Yuri estaba
sentado en una de las mesas, pidió un café y se dirigió a otra de las mesas del
lugar. Yuri se acercó a ella
-¿puedo sentarme?- preguntó con amabilidad, Layla asintió
con un gesto
-estás tan confundido como yo ¿cierto?- preguntó mientras
Yuri tomaba asiento
-realmente no, las palabras del director no pueden ser más
que un engaño- dijo Yuri mirando la mesa
-no sé como puedes estar tan tranquilo, tu rostro no mentía,
te sorprendió tanto como a mí- dijo Layla en tono serio
-Layla no vas a creer que tú y yo somos dos dioses mitológicos
¿o sí?-
-Yuri y qué pasaría si es cierto- preguntó Layla nuevamente
-Layla yo me retiro, no quiero seguir hablando de esto, nos
vemos- dijo Yuri molesto, se puso de pie y se fue de la cafetería, Layla se
quedó ahí un rato más.
Pasó un rato, Layla salió de la cafetería, se había hecho
tarde, ya estaba oscuro, y debía apresurarse para ir al hotel donde tenía su
reservación. Pero al salir se encontró con Yuri de nuevo, estaba al lado de un
taxi.
-Me sentí algo culpable, así que te acompañaré- dijo Yuri
-no debiste molestarte- dijo Layla
-el taxi nos espera, seguramente tenemos las mismas
reservaciones-
-creo que no será desagradable compartir un taxi acuático
contigo-
-me alegra saberlo-
-hay que darnos prisa- dijo Layla
-si, vamos- dijo Yuri, ambos abordaron el taxi acuático y
llegaron en poco tiempo al hotel donde tenían las reservaciones, habitaciones
diferentes, mismo hotel. El lugar era muy elegante, la decoración agradable, la
gente los miró un poco
-me pregunto que les sucede- dijo Layla
-no tengo idea pero será mejor no hacer caso- se apresuró a
decir Yuri, un poco después ambos llegaron a sus respectivas habitaciones,
curiosamente cercanas
-Poseidón, quiero decir el director es bromista- dijo Layla
-sus bromas son extrañas, aunque tengo que admitir que no me
molesta estar cerca de tuyo- dijo Yuri en tono alegre, Layla se ruborizó y no
entendía por qué aquellas palabras le habían impresionado
-tu también eres algo bromista- dijo Layla con una sonrisa
-aun es temprano, ¿te gustaría recorrer el lugar?- preguntó
Yuri
-me parece una magnífica idea, aunque te lo advierto Ares no
es una cita- dijo Layla en tono bromista
-descuida Afrodita no pienso hacer ninguna estrategia de
conquista- dijo Yuri siguiendo la broma, antes de que entraran a sus
habitaciones. Layla miró el lugar, era adecuado, alegre, como una pequeña casa,
los muebles de madera, la decoración le hacían sentirse en su hogar, dejó sus
maletas, y miró por la ventana, habían dos palomas acurrucadas mirándole, Layla
sonrió, mientras tanto Yuri estaba en su habitación, el lugar también le
parecía adecuado, aunque le dio algo de sentimiento, pues le recordó que la
mayor parte que estuvo en la escuela la pasaba solo, curiosamente al saber que
Layla estaba al lado le hacían sentirse tranquilo y de alguna manera feliz,
pero no se explicaba la razón, e intentaba evitar pensar en lo que el director
les había comentado esa tarde. Un rato después, ambos jóvenes salieron de sus
habitaciones, vestidos de manera casual para dar un pequeño paseo, Layla
llevaba un vestido blanco, y Yuri una camisa y pantalones cómodos, salieron del
hotel y comenzaron a recorrer las calles, habían restaurantes, la gente
paseaba, Layla y Yuri quedaron asombrados, pidieron un helado y la música
comenzó a sonar en una de las casas, música típica de Venecia, luego de comer
su helado pensaron que sería bueno cenar algo, así que entraron a un
restaurante que estaba cerca, llamado “Renacimiento”, pidieron risotto, un
platillo muy tradicional, hecho de arroz con jamón y chícharos muy delicioso, algo
de vino tinto y un postre
-esto está delicioso- dijo Layla, pero observó a Yuri algo
pensativo
-tienes razón- dijo Yuri
-¿Qué sucede?- preguntó
-es la primera vez luego de muchos años que disfruto una
cena en compañía, generalmente mis compañeros nunca querían acompañarme, era como
si yo no fuese de su agrado-
-la gente generalmente no entiende lo que es diferente, pero
me alegra que me acompañes- dijo Layla,
Yuri se ruborizó y agachó la mirada, no comprendía porqué al escuchar esas
palabras sintió tranquilidad
-después de cenar deberíamos regresar- dijo Yuri
-sí, además tenemos dos días aún en Venecia, podremos
explorar aún- dijo Layla
-¿A dónde te gustaría ir mañana?-
-al museo Scuola Grande de San Rocco, curiosamente tienen curiosamente
una exposición Griega-
-bien Layla, iremos-
-gracias Yuri, bien creo que es hora de irnos- dijo la joven.
Un rato después ambos llegaron a su hotel, entraron a sus habitaciones, Layla
estaba algo confundida, parecí a que no podía quitarse a Yuri de la mente, al
mismo tiempo Yuri no quería pensar en nada, solo en la velada.
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